Palabras para 2011

Por tercer año, aunque con bastante retraso, me propongo el ejercicio de prestidigitación mental que es adivinar algunas palabras que marcarán el curso del ejercicio que hace y casi dos meses comenzamos. Antes de todo, quisiera señalar que el movilnet del que hablaba los pasados años ya tiene nombre comercial, se llama tablet y ha sido Apple quien ha rediseñado el concepto con su iPad (un éxito de ventas más allá de las propias previsiones de la compañía). Lo de la previsión de la desaparición del libro tardará en llegar, pero menos de lo que yo mismo preveía, ya que el ritmo de venta de los ebooks se ha acelerado de manera drástica a lo largo de 2010, siendo esperable que su impacto sobre la venta de libros en papel comience a notarse a lo largo de 2011. Y si las editoriales no se andan ágiles corren el riesgo de enrocarse en el mismo error que las editoras de música: superadas por  una tecnología en la que a falta de una oferta solvente y económica, siempre aparece una oferta alegal y gratuita.
Acerté también en el uso de la cadena de palabras débil (o frágil) recuperación en lo que a la economía se refiere.
De cara a este 2011 la verdad es que no lo veo tan claro como en los años anteriores. Creo que escucharemos muchas veces la palabra fracaso asociada a la Ley Sinde. Cuando el mercado legal no se ajusta a los requerimientos de la demanda, aparece un mercado negro que lo soluciona. Y en Internet, la aparición de esos mercados es mucho más sencilla que en el viejo mundo analógico. Resulta cuanto menos sorprendente que modelos de negocio exitosos como iTunes, Spotify o Netflix no hayan provocado un cambio de opinión en las empresas de contenidos españolas y en las mafiosas y obsoletas entidades de gestión de derechos. Es claro que oiremos mucho sobre estos temas.
En 2010 explotaron las redes sociales, concretamente FaceBook y Twitter. Y también se puso de manifiesto que no todo lo social funciona. Quora es el ejemplo. Terminará fracasando antes que el resto. No ofrece nada que no se pueda obtener en las redes más tradicionales, en la Wikipedia o en los propios buscadores, y a cambio exige una masa crítica mínima de expertos que respondan a las preguntas con un mínimo de calidad y claridad.
La explosión de los servicios de banda ancha con destino en terminales móviles (principalmente smartphones) ha comenzado a desatar un amago de batalla entre las operadoras de teléfono y los proveedores de contenidos para esos servicios, como Apple, Google o Yahoo. Posiblemente, tras las primeras escaramuzas no llegue la sangre al río, ya que este río parece que baja caudaloso y que todos podrán pescar suficiente a poco que se pongan de acuerdo.
A falta de productos disruptores en el horizonte, creo que las novedades van a llegar de la mano de los elementos que ya tenemos en los hogares. Veo las televisiones convertidas en el centro de las comunicaciones de las casas, o los ordenadores convertidos en televisiones ocupando el salón de la casa y con terminales tontas en el resto de las habitaciones.
Otro posible receptor de nuevas revoluciones son las consolas. Nintendo ha dado la salida a la carrera de las 3D, seguramente el resto de competidores le seguirán en cuanto el parque de televisiones 3D alcance una dimensión mínima.
En el ámbito de la economía española, las palabras que auguró serán las expresiones "nuevos negocios" y, otra vez, paro, aunque para final de año es muy posible que comencemos a esta última por empleo (aunque esto es más un deseo que una predicción).

Comentarios

  1. Creo que coincido con casi todas las previsiones. Eso dio, yo creo que las 3D no cuajarán en los hogares. Veo antes un sistema tipo kinect en ordenadores y televisores.
    Y creo que las palabras "realidad aumentada" se escucharán mucho.

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