Por qué fracasan los países, de Acemoglu y Robinson
Tan sólo mi pésimo conocimiento de la lengua de Shakespeare me impidió comprar este libro en inglés (en su versión ebook). Tuve que esperarme a que existiera una edición en español para poder enterarme de todo en condiciones (por cierto, es una pena que en nuestra lengua sólo se pueda comprar para ebooks en PDF). Y, cuando la tuve, demoré el resto de lecturas pendientes para meterme de lleno en el libro sobre el que más se ha escrito en los últimos años.
Los autores pretenden explicar el porqué de las diferencias de riqueza entre unos países y otros. Para ello comienzan repasando las diferentes explicaciones propuestas a lo largo de los últimos años, desde las relacionadas con la cultura, como la tesis defendida por David Landes, hasta las relacionadas con la geografía (entre las que destaca la original aportación del ecléctico Diamond), pasando por las que hablan de desconocimiento o falta de acierto en la elección de políticas.
Las razones para no quedarse con esas tesis están en el mundo, en el mapa y en las diferencias de renta. Éstas se producen entre comunidades culturalmente homogéneas, y también en diferentes lugares del planeta. O incluso entre dos comunidades de una misma cultura y en un mismo lugar, como es el caso de la ciudad de Nogales, a caballo entre Mexico y EEUU y con significativas diferencias de renta entre ellas.
La única explicación común a todos los casos, a tenor de Acemoglu y Robinson, son las diferentes instituciones. Dicho de forma más concreta: las instituciones políticas inclusivas favorecen el surgimiento de instituciones económicas también inclusivas que crean incentivos para la innovación, la cual produce crecimiento económico. En sentido contrario, instituciones políticas extractivas a largo plazo generan pobreza y estancamiento del desarrollo. Resumiendo al máximo: las causas últimas de la riqueza y la pobreza no son económicas, sino políticas.
Para ilustrar esta tesis nos proponen un viaje a lo largo de la historia y del espacio con el que demuestran la importancia de las pequeñas diferencias institucionales cuando acontece una coyuntura crítica, como la crisis demográfica provocada por la peste negra o la aparición del comercio atlántico. En lugares como Inglaterra y España, unas instituciones similares dieron lugar a comportamientos diferentes. En España, los reyes y sus aliados habían podido imponerse sobre sus contrarios de forma que extraían para sí y los suyos una parte importante de las rentas del comercio. Sin embargo, en Inglaterra el poder de la realeza no era tan absoluto, tampoco habían encontrado territorios densamente poblados y estructuras extractivas organizadas de las que apoderarse en su parte de América, con lo que tanto su modelo de colonización como el comportamiento frente al comercio fueron diferentes. Ojo, también señalan los autores que esto es en gran parte producto del azar, que no hay nada predeterminado y que cualquier proceso puede ser reversible. Por ejemplo, señalan que la misma Inglaterra se comportó de diferente forma a la hora de colonizar otros países, en los que reprodujeron esquemas similares a los de los españoles en América. Otro ejemplo, la eliminación de una oligarquía extractora puede no significar el fin de las instituciones extractivos, que pueden reconstruirse y hasta intensificarse inmediatamente (la denominada ley de hierro de la oligarquía).
El libro es muy largo (parece que los académicos estadounidenses son incapaces de divulgar en menos de 500 páginas) y a menudo las ideas se presentan de forma un tanto deslavazada. Sin embargo, los numerosos ejemplos históricos son siempre interesantes e ilustrativos (uno de ellos, relacionado con el sistema de patentes y la Revolución Gloriosa, me hizo mantener una muy instructiva discusión tuitera con @eduo).
No obstante, si uno no tiene la paciencia suficiente puede leer de inicio los tres primeros capítulos, que presentan el tema, y el 15, en el que se hace una recapitulación de la teoría y se plantean algunas interesantes derivadas de la misma, siendo particularmente ácida la que se refiere a China y su crecimiento con instituciones políticas extractivas.
Si te interesa la economía, o la historia, o las dos, es un libro que hay que leer...
Los autores pretenden explicar el porqué de las diferencias de riqueza entre unos países y otros. Para ello comienzan repasando las diferentes explicaciones propuestas a lo largo de los últimos años, desde las relacionadas con la cultura, como la tesis defendida por David Landes, hasta las relacionadas con la geografía (entre las que destaca la original aportación del ecléctico Diamond), pasando por las que hablan de desconocimiento o falta de acierto en la elección de políticas.
Las razones para no quedarse con esas tesis están en el mundo, en el mapa y en las diferencias de renta. Éstas se producen entre comunidades culturalmente homogéneas, y también en diferentes lugares del planeta. O incluso entre dos comunidades de una misma cultura y en un mismo lugar, como es el caso de la ciudad de Nogales, a caballo entre Mexico y EEUU y con significativas diferencias de renta entre ellas.
La única explicación común a todos los casos, a tenor de Acemoglu y Robinson, son las diferentes instituciones. Dicho de forma más concreta: las instituciones políticas inclusivas favorecen el surgimiento de instituciones económicas también inclusivas que crean incentivos para la innovación, la cual produce crecimiento económico. En sentido contrario, instituciones políticas extractivas a largo plazo generan pobreza y estancamiento del desarrollo. Resumiendo al máximo: las causas últimas de la riqueza y la pobreza no son económicas, sino políticas.
Para ilustrar esta tesis nos proponen un viaje a lo largo de la historia y del espacio con el que demuestran la importancia de las pequeñas diferencias institucionales cuando acontece una coyuntura crítica, como la crisis demográfica provocada por la peste negra o la aparición del comercio atlántico. En lugares como Inglaterra y España, unas instituciones similares dieron lugar a comportamientos diferentes. En España, los reyes y sus aliados habían podido imponerse sobre sus contrarios de forma que extraían para sí y los suyos una parte importante de las rentas del comercio. Sin embargo, en Inglaterra el poder de la realeza no era tan absoluto, tampoco habían encontrado territorios densamente poblados y estructuras extractivas organizadas de las que apoderarse en su parte de América, con lo que tanto su modelo de colonización como el comportamiento frente al comercio fueron diferentes. Ojo, también señalan los autores que esto es en gran parte producto del azar, que no hay nada predeterminado y que cualquier proceso puede ser reversible. Por ejemplo, señalan que la misma Inglaterra se comportó de diferente forma a la hora de colonizar otros países, en los que reprodujeron esquemas similares a los de los españoles en América. Otro ejemplo, la eliminación de una oligarquía extractora puede no significar el fin de las instituciones extractivos, que pueden reconstruirse y hasta intensificarse inmediatamente (la denominada ley de hierro de la oligarquía).
El libro es muy largo (parece que los académicos estadounidenses son incapaces de divulgar en menos de 500 páginas) y a menudo las ideas se presentan de forma un tanto deslavazada. Sin embargo, los numerosos ejemplos históricos son siempre interesantes e ilustrativos (uno de ellos, relacionado con el sistema de patentes y la Revolución Gloriosa, me hizo mantener una muy instructiva discusión tuitera con @eduo).
No obstante, si uno no tiene la paciencia suficiente puede leer de inicio los tres primeros capítulos, que presentan el tema, y el 15, en el que se hace una recapitulación de la teoría y se plantean algunas interesantes derivadas de la misma, siendo particularmente ácida la que se refiere a China y su crecimiento con instituciones políticas extractivas.
Si te interesa la economía, o la historia, o las dos, es un libro que hay que leer...
Sí hay una edición en papel en castellano. Una buena reseña, David. Andrés
ResponderEliminarNo me explicado bien. Yo tengo la de papel, mi queja es que en electrónico sólo hay versión PDF y no ePub. Debo cambiarlo
ResponderEliminarAlguno me podría enviar una versión en PDF a mí correo mercotodoslosdiaz@gmail.com
ResponderEliminara mi también me pueden enviar la versión en PDF en español. tengo un kindle comprado en EEUU y no sé como comprar la versión PDF en español en kindle de España. Si alguno es bueno por favor envienme una copia a esseset2003@hotmail.com
ResponderEliminargracias!
Eric
¿Me podrían enviar una copia del libro, ya sea en .doc o pdf? mi correo es alonsomorales@live.cl
ResponderEliminarCreo que no se me ha entendido, al final compré la versión en papel, por lo que no lo tengo ni en PDF ni en ePub ni en .doc. ¿Han mirado en Bit Torrent?
ResponderEliminar¿Alguien ha encontrado la versión en PDF?
ResponderEliminar¿Algún alma caritativa podría enviarme una copia en pdf a mi correo electrónico?. Mi correo es: erfoud98@ucm.es
ResponderEliminarigual yo lo necesito en pdf también no lo encuentro alguien me lo envie por fiss kanife84@hotmail.com
ResponderEliminarpor favor en epub o pdf mapejorge@outlook.com
ResponderEliminarme podrían enviar una copia en .doc o en pdf?
ResponderEliminarrfuente@jccm.es