¿Hay sobreoferta hotelera en Almería?
Este artículo fue publicado en el suplemento "Almería Económica" del diario La Voz de Almería, el 9 de julio de 2005
Antes de responder a esta pregunta, me voy a remontar a un momento históricamente cercano, los inicios de la década de los 90. En aquel momento, la oferta de plazas hoteleras de la provincia se había incrementado de manera importante en poco tiempo, y surgía la duda de si sería posible mantener el grado de ocupación. Para colmo, en aquellos días, nuestros principales clientes internacionales se encontraban inmersos en una importante crisis económica que limitaba su capacidad de compra del producto turístico. La impresión era, como siempre que se produce un rápido crecimiento de la oferta, que no habría manera de llenar esos nuevos hoteles. ¿Qué pasó? Se llenaron.
Ciertamente, como ya saben los lectores, la historia no se repite, al menos no de la misma forma, y ante situaciones similares los desenlaces pueden ser completamente distintos. Así, que la aparente crisis de sobreoferta de los 90 se solucionara de manera satisfactoria, no implica que ahora pase lo mismo. Por otro lado, realmente, la situación difiere en al menos dos grandes circunstancias: la primera es la entrada en juego de nuevos competidores en el Mediterráneo que quedaron desactivados en la década de los noventa a causa de las guerras en los Balcanes, la segunda es la coincidencia de un fenómeno novedoso que se ha dado en llamar “turismo residencial” que tiene un efecto indirecto sobre la demanda de plazas hoteleras, disminuyéndola, al suponer una oferta alternativa de alojamiento.
En este sentido, cabría un mayor grado de preocupación con respecto a la década anterior, pero también se han producido algunas modificaciones en la estructura de nuestra oferta, de manera que hoy hay un porcentaje mayor de plazas integradas en cadenas hoteleras, o en cadenas de distribución, lo que mejora las condiciones de venta del producto.
Por tanto, y respondiendo a la pregunta inicial, los datos de pernoctaciones no nos hacen pensar en una crisis de demanda, por lo que, aunque es posible un período de menor ocupación hotelera (un menor porcentaje de ocupación media), aunque sí de un nuevo tiempo en el que las circunstancias del mercado están modificándose de manera importante.
Antes de responder a esta pregunta, me voy a remontar a un momento históricamente cercano, los inicios de la década de los 90. En aquel momento, la oferta de plazas hoteleras de la provincia se había incrementado de manera importante en poco tiempo, y surgía la duda de si sería posible mantener el grado de ocupación. Para colmo, en aquellos días, nuestros principales clientes internacionales se encontraban inmersos en una importante crisis económica que limitaba su capacidad de compra del producto turístico. La impresión era, como siempre que se produce un rápido crecimiento de la oferta, que no habría manera de llenar esos nuevos hoteles. ¿Qué pasó? Se llenaron.
Ciertamente, como ya saben los lectores, la historia no se repite, al menos no de la misma forma, y ante situaciones similares los desenlaces pueden ser completamente distintos. Así, que la aparente crisis de sobreoferta de los 90 se solucionara de manera satisfactoria, no implica que ahora pase lo mismo. Por otro lado, realmente, la situación difiere en al menos dos grandes circunstancias: la primera es la entrada en juego de nuevos competidores en el Mediterráneo que quedaron desactivados en la década de los noventa a causa de las guerras en los Balcanes, la segunda es la coincidencia de un fenómeno novedoso que se ha dado en llamar “turismo residencial” que tiene un efecto indirecto sobre la demanda de plazas hoteleras, disminuyéndola, al suponer una oferta alternativa de alojamiento.
En este sentido, cabría un mayor grado de preocupación con respecto a la década anterior, pero también se han producido algunas modificaciones en la estructura de nuestra oferta, de manera que hoy hay un porcentaje mayor de plazas integradas en cadenas hoteleras, o en cadenas de distribución, lo que mejora las condiciones de venta del producto.
Por tanto, y respondiendo a la pregunta inicial, los datos de pernoctaciones no nos hacen pensar en una crisis de demanda, por lo que, aunque es posible un período de menor ocupación hotelera (un menor porcentaje de ocupación media), aunque sí de un nuevo tiempo en el que las circunstancias del mercado están modificándose de manera importante.
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