Los otros talibanes

Este es un artículo inédito que escribí el 8 de septiembre de 2002, cuando se llevaba a cabo la invasión de Afganistán.

El mundo cambió el mediodía (hora española) de aquel 11 de septiembre de 2001. Entonces nadie podía sospechar lo que vendría después. La conmoción ante tanta barbarie sin sentido nos tuvo entre asustados e indignados durante algunas semanas. Pero todo sigue y, entre los cambios iniciales es que en poco tiempo todo el mundo sabía una nueva palabra: talibán.
Al principio significaba estudiante del corán, pero tras los atentados del 11S, la palabra comenzó a tener otras connotaciones tales como intolerancia, ignorancia, fanatismo, crueldad …
Descubrimos también que no todos los talibanes estaban en Afganistán, que el mundo árabe era una inmensa cuna de talibanes, hombres capaces de autoinmolarse en nombre de un Dios, por hacer valer unas supuestas enseñanzas de un libro escrito hace unos cuantos siglos para las gentes de aquel tiempo.
Descubrimos la fragilidad de nuestras democracias, de nuestros sistemas de garantía de derechos fundamentales y cuán proclives son las sociedades asustadas a sacrificar derechos ganados a alto precio. El anhelo más grande ahora es la seguridad.
Y ahora comenzamos a descubrir que no todos los talibanes son musulmanes, no todos llevan turbante y no todos creen en Alá. En Occidente, en sus gobiernos, más concretamente en Estados Unidos haya también talibanes. Posiblemente ellos no se autoinmolen en nombre de Dios (esta vez cristiano), pero no les tiembla la mano a la hora de comenzar guerras, de pisotear derechos fundamentales y de buscar fórmulas para saltarse el propio Estado de Derecho bajo el cual obtuvieron su legitimidad.
Los otros talibanes también se escudan en Dios, lo utilizan en su lenguaje como justificación de sus actos. Utilizan, como Ben Laden, argumentos del tipo “ellos son los malos y nosotros los buenos”, lo cual, dicho sea de paso no es sino una muestra de ignorancia (y si no es el caso, de querer mantener en la ignorancia a la población). Son también fanáticos, puede que no tan exacerbados como el líder terrorista, pero igual de peligrosos.
Hay, es verdad, dos diferencias básicas entre los talibanes afganos y los de occidente. Los de aquí están en puestos importantes de algunos gobiernos, cuando no los presiden directamente; y, desde luego, no están dispuestos a autoinmolarse, para eso ya están otros.
Hay un talibán gobernando Israel. Un hombre que antes de presentarse a las presidenciales montó un terrible alboroto visitando la explanada de las mezquitas, algo así como si Ben Laden se paseara por la “zona cero” de Nueva York. Hay un talibán gobernando Estados Unidos, un hombre que demostró su ignorancia del mundo durante la campaña electoral americana, y que se permite el lujo de justificar una guerra preventiva contra un país prácticamente cercado desde 1991. Y hay otros talibanes, de andar por casa, que no tienen poder, pero que apoyan la política de los que lo ostentan y no se escandalizan ante tanto desbarre.
Dicen los historiadores que la Historia (con mayúsculas) no es pendular, que no retrocede, siempre avanza. Para mí que Borjes tenía razón: ¿No se parece esta situación a la de la Edad Media? Cristianismo versus Islam.

Comentarios

  1. Anónimo4:05 a. m.

    Hablando de Ignorancias....:

    " Hay un talibán gobernando Israel. Un hombre que antes de presentarse a las presidenciales montó un terrible alboroto visitando la explanada de las mezquitas, algo así como si Ben Laden se paseara por la “zona cero” de Nueva York."

    1°) No se presentó "a presidenciales" ya que en Israel el que gobierna es el Primer Ministro.
    2°) La "Explanada de las Mezquitas" esta ubicada adrede (ya que los arabes, como muchos otros pueblos, al conquistar un sitio colocaban sus santuarios en el mismo lugar donde esttaban ubicados los santuarios de los perdedores) en el lugar mas sagrado para el judaismo, y Sharon como cualquier judio, tiene derecho a visitar el lugar mas sagrado para el, por mas que algunos construyan encima otras cosas.

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  2. Gracias por las precisiones, pero no creo que cambien en demasía el sentido del texto. Respecto a lo de los lugares sagrados, efectivamente es costumbre que los conquistadores se apropien de los de lo derrotados, pero no dejó de ser una provocación de Sharon.
    Por otro lado, no estoy justificando el terrorismo, que no tiene justificación, ahora bien, casi siempre tiene explicación.

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