Sobre el Código Davinchi
Se han vendido millones de ejemplares, ha sido número uno en la mayor parte de los países en los que se ha editado, ha reimpulsado la fiebre por los temas de ocultismo y la novela histórica.
Son, como dirían los Morancos, cienes y cienes de páginas y, para rematar, la Iglesia Católica lo condena (cuando ya se había vendido a lo bestia, lo que de seguro habrá impulsado las ventas).
La historia es sencilla, el esquema también. Como en una colección de muñecas rusas, cada misterio desvelado implica un nuevo misterio que resolver y, siempre, con el tiempo apremiando y la policía y el Opus Dei pisándoles los talones.
Mucho se ha escrito sobre las mentiras del libro, mentiras que, en el fondo, no son más que un artilugio literario para permitir encajar las piezas del puzzle. Que son burdas, ¿Y qué? El libro funciona bien hasta las últimas 150 páginas, en las que pierde intensidad para acabar estrellándose en un final absurdo. Es una novela y por ello no tiene que ser veraz. No parece que se haya escrito con ánimo de revolucionar la literatura, sino con la intención de entretener y venderse bien. Y en ese terreno es en el que se debe valorar, en ese y en el del número de nuevos lectores que acaso repitan experiencia con otro título.
Por otro lado, si alguien quiere darle más importancia de la que tiene que lo haga. Es como si Cervantes hubiera sido fiel a la geografía de La Mancha en su Quijote. Ésta está intoxicada por idealizaciones, por inventos del escritor que, cuando novela, sólo debe atenerse a los límites que le impone su imaginación.
Si aguien quiere encontrar en el Código mensajes ocultos, pistas sobre los secretos que la Iglesia de Roma ha venido ocultando por los siglos de los siglos, que lo haga, y que se sumerja en ese mundo. Si alguien pretende demonizar el libro por sus inexactitudes, que lo haga también. Pero creo que el lector mesurado sabra que lo que ha leído o está leyendo no es más que un entretenimiento, un divertimento, una película escrita. Y nada más. O nada menos...
Son, como dirían los Morancos, cienes y cienes de páginas y, para rematar, la Iglesia Católica lo condena (cuando ya se había vendido a lo bestia, lo que de seguro habrá impulsado las ventas).
La historia es sencilla, el esquema también. Como en una colección de muñecas rusas, cada misterio desvelado implica un nuevo misterio que resolver y, siempre, con el tiempo apremiando y la policía y el Opus Dei pisándoles los talones.
Mucho se ha escrito sobre las mentiras del libro, mentiras que, en el fondo, no son más que un artilugio literario para permitir encajar las piezas del puzzle. Que son burdas, ¿Y qué? El libro funciona bien hasta las últimas 150 páginas, en las que pierde intensidad para acabar estrellándose en un final absurdo. Es una novela y por ello no tiene que ser veraz. No parece que se haya escrito con ánimo de revolucionar la literatura, sino con la intención de entretener y venderse bien. Y en ese terreno es en el que se debe valorar, en ese y en el del número de nuevos lectores que acaso repitan experiencia con otro título.
Por otro lado, si alguien quiere darle más importancia de la que tiene que lo haga. Es como si Cervantes hubiera sido fiel a la geografía de La Mancha en su Quijote. Ésta está intoxicada por idealizaciones, por inventos del escritor que, cuando novela, sólo debe atenerse a los límites que le impone su imaginación.
Si aguien quiere encontrar en el Código mensajes ocultos, pistas sobre los secretos que la Iglesia de Roma ha venido ocultando por los siglos de los siglos, que lo haga, y que se sumerja en ese mundo. Si alguien pretende demonizar el libro por sus inexactitudes, que lo haga también. Pero creo que el lector mesurado sabra que lo que ha leído o está leyendo no es más que un entretenimiento, un divertimento, una película escrita. Y nada más. O nada menos...
Hola, David, he llegado a tu bitácora por dos lados: el mapa de oyentes de Comunicando Podcast (único oyente cartografiado en Almería ;-) ), y también por tu reseña en la LSPM.
ResponderEliminarEstá interesante, seguiremos consultando ;)
¿Quiero saver q, hay detras del cuadro de la ultima cena?
ResponderEliminar¿Tiene necesariamente que haber algo? Lo importante es que el libro es muy entretenido y que se pasa bien leyéndo. Si quieres saber que hay detrás de la pintura lo que debes hacer es leer un libro de historia del arte o algún tratado sobre pintura renacentista.
ResponderEliminarsi la iglesia condeno a cristo lo mas seguro es que oculte la vida real de jesus y si el fue humano tambien cometio errores y si es verdad lo que dice el codigo entonces el si fue verdaderamente humano no creen ustedes
ResponderEliminarLa Iglesia no condenó a Jesús (si es que éste existió de verdad), fueron los propios judíos. Por otro lado, repito, el Código Davinchi es una novela. No tiene que ser real, sólo tiene que parecerlo.
ResponderEliminar1. TODAS las iglesias cristianas sacan plata a costas de Jesús.
ResponderEliminar2. Lamento decirle que, efectivamente, el chimpacé y los humanos tenemos un ancestro común; es más, algunos científicos consideran que los chimpancés deberían estar considerados dentro del género homo.
3. Es tan terrible el mundo en el que vivimos que es la mejor prueba, para mi, de que Dios no existe.
4. El Código Davinchi es una novela. Nadie le pide al Quijote que sea verídico. ¿Por qué tiene que serlo Dan Brown, siendo mucho peor escritor que Cervantes?