Martes, 13: el día de la multa

Hoy es martes y trece (en España se solía decir, en 13 y martes, ni te cases ni te embarques), el día de la mala suerte, como el viernes 13. La cosa es que esta mañana me han puesto una multa nada más comenzar el día y me he visto en la obligación de enviar la siguiente carta a los periódicos:

Carta abierta al señor concejal de tráfico a propósito del trato que deparan sus agentes del orden

Ante todo, un par de consideraciones previas. Hoy es martes, 13 de septiembre. Son las 9:05 de la mañana y me acaban de poner una multa. Merecida, bien es cierto, pero fruto de la necesidad. Como cada mañana he llevado a mi hijo a la guardería y, como cada mañana, ha sido imposible encontrar aparcamiento, así que lo he dejado en la esquina entre Calle Altamira y Gregorio Marañón, junto a la oficina de Unicaja. No he querido dejarlo en doble fila para no molestar demasiado y tampoco lo he dejado sobre el paso de peatones. Pero era zona amarilla.
Así que he dejado al crío en la “guarde” y me he vuelto corriendo (literalmente) al coche al tiempo que un par de agentes se encontraban multando sendos coches, uno de ellos el mío. La frustración y, por qué no decirlo, el cabreo conmigo mismo me ha hecho decir entre dientes las siguientes palabras: “¡Vaya hombre, qué oportuno!”
Y aquí viene lo bueno, el agente que no estaba multando mi coche se ha dirigido a mí diciéndome que el comentario sobraba y ha decidido demostrarme que el que lleva la gorra es él, pidiéndome la documentación del coche y el carnet de conducir en un plan poco menos que chulesco. Me pregunto qué hubiera pasado si en vez de ser un escuchimizado hubiese tenido metro 90 y 120 kilos de peso. A lo que voy, señor concejal, quisiera preguntarle si es que en las pruebas de acceso a la Policía Local establecen alguna prueba previa de chulería a los futuros agentes o éstos la aprenden en la escuela de policía o si es que tenido la fortuna de toparme con el que parte la pana en el cuerpo.
Aprovecho, señor concejal, para pedirle que en pos de una justicia redistributiva multeril sus agentes pasen de vez en cuando por la zona de Calle Murcia con Argollones donde es posible ver con frecuencia vehículos aparcados sobre la acera y, si el azar lo quiere, es muy posible que se tope con algún coche o motocicleta de la policía nacional mal aparcado. Quieran los dioses que ese día le toque al Master del Universo de esta mañana, a ver si derrocha tanta mala hostia con los nacionales como conmigo. Y que yo esté allí para verlo.

Comentarios

  1. En EEUU, las pruebas de acceso para entrar al Ejército discriminan a los "muy listos", a los que son demasiado inteligentes para ese servicio. Se ve que la policía local de Almería no querrá ser menos que el país más poderoso del planeta. Y así nos luce el pelo, que el mito de "ponle a un tonto una gorra y tendrás un déspota" sigue siendo tan tristemente cierto.

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  2. Gracias por la comprensión.

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