El pintor de batallas [libro]
Ha merecido la pena darle otra oportunidad a Pérez Reverte. El pintor de batallas me ha gustado. Y lo ha hecho por los mismos motivos por los que me gustó en su día Territorio Comanche. Un fotógrafo de guerra, herido en el alma por la pérdida de un amor se dedica a pintar un cuadro que es el resumen de la guerra, desde Troya a Bosnia, desde las espadas a los misiles, desde el enfrentamiento cuerpo a cuerpo hasta la limpieza étnica.
Es el Pérez Reverte resentido, en esta ocasión con un toque de amargura, que me gusta. El Pérez Reverte cabreado con el mundo que le dice al mundo lo que piensa de él.
Y lo que piensa no es demasiado positivo, al menos lo que piensa el pintor de batallas: la guerra es el estado natural del hombre. Es en la guerra en la situación en la que nos comportamos de forma más auténtica, cuando dejamos salir toda nuestra violencia, apenas maquillada por la educación y la cultura. Basta una guerra para que el hombre más culto del mundo, más educado se dedique a matar: matar o morir.
Como ya digo, éste es el Pérez Reverte que me gusta. Así que le asigno un 8,5 sobre 10 a la novela. Tiene párrafos muy bellos, como uno en el que compara una acuarela romántica con el cielo plomizo enrojecido de una batalla a lo lejos. También es magistral cómo define los cuadros el autor o su amante.
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