La muerte se sustancia

En alguna ocasión he contado en este blog mi teoría de que la capacidad humana para olvidar nuestro principal miedo (la muerte) podría ser la responsable de nuestra capacidad para depredar el medio ambiente. Sin embargo, de vez en cuando, ese olvido se disipa casi siempre, bruscamente.
En ese momento, en este momento, uno se da cuenta de lo mucho que tiene sólo por el hecho de respirar. En este momento, uno se da cuenta de lo realmente frágil que es nuestra vida, de lo milagroso que es sumar días y años en nuestro calendario vital y de lo importante que es disfrutar de cada minuto de vida con la intensidad de la incertidumbre del próximo segundo.
Hoy ha muerto Antonio Jiménez, con 39 años, después de casi 6 de lucha contra un maldito cáncer que le ha ido lanzando envites hasta acabar con su resistencia. Le he visto enfrentarse a la enfermedad con valor. Le he visto y he celebrado con él lo que suponíamos había sido su curación. Le he visto en la fase final de su enfermedad, sin poderse mover por si mismo y casi sin poder hablar, diciéndole a mi mujer que luchaba por ellos, por sus hijos.
Ha aguantado mucho más de lo que los médicos consideraban razonable, y me imagino que lo ha hecho precisamente por ellos, por un par de críos que no entienden qué le ha pasado a su padre.
Así que miro la foto de mis hijos y siento todos y cada uno de los momentos que les he hurtado por razones tan peregrinas como el trabajo o el cansancio. Y me prometo que le pondré remedio, aunque sé que el maldito olvido me volverá a meter en la vorágine del corto plazo.
Descansa en paz, Antonio.

Comentarios

  1. Anónimo7:22 p. m.

    He entrado en la blog despues de dos dias que han sido algo parecido a un mal sueño. Antonio nos ha dejado fisicamente, pero nunca podremos olvidar sus ganas de vivir y su afan por superar una enfermedad que desgraciadamente lo fue deteriorando dia a dia. Pero el no se rendia, seguia luchando por su familia que se ha esforzado hasta el final por hacerle la vida mas facil. El nos ha dejado fisicamente, pèro seguira en nuestro recuerdo para siempre como lo que fue, un buen amigo para sus amigos, un excelente padre y esposo, en definitiva, una buena persona.

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