Caso Neanderthal: el clima es inocente
Como sabemos los dos lectores de esta web (o sea, mi hermano, que lo hace por compromiso, y yo) el tema de la evolución de los homínidos es una de mis pasiones ocultas (junto con algunas menos confesables en público), por lo que en cuanto leí esta noticia en Science Centric supe que merecía una reseña en Capeando el temporal.
Un equipo ha sido capaz de relacionar los cambios climáticos habidos a finales de la glaciación con la época de la supuesta extinción de los neandertales para poner a prueba la teoría de que lo que acabó con ellos fue precisamente la transformación de su entorno tras la glaciación. Esta teoría tenía enfrente otra, que argumentaba en favor de una competencia directa por los recursos entre el neanderthal y el cromagnón (nuestros abueletes), de la que habría salido triunfante el segundo.
Pues bien, estos estudiosos sostienen que no fue el clima, o al menos que con bastante probabilidad no fue el clima el culpable último de la desaparición de la especie humana que se había desarrollado en Europa y Asia.
Esto nos deja el camino libre a la teoría alternativa (la que más me convenció siempre), la de que fuimos los humanos modernos los que provocamos su extinción, al ser más eficientes que ellos en la explotación del medio y, no me cabe la menor duda, al ser una especie muy bien dotada para la violencia.
Esto podría venir a apoyar, de forma indirecta, la teoría de que las grandes extinciones de mamíferos de finales de la glaciación tendrían que ver con los seres humanos más que con el propio clima, ya que se produjeron en épocas coincidentes con la llegada de los primeros sapiens a los distintos continentes.
Un equipo ha sido capaz de relacionar los cambios climáticos habidos a finales de la glaciación con la época de la supuesta extinción de los neandertales para poner a prueba la teoría de que lo que acabó con ellos fue precisamente la transformación de su entorno tras la glaciación. Esta teoría tenía enfrente otra, que argumentaba en favor de una competencia directa por los recursos entre el neanderthal y el cromagnón (nuestros abueletes), de la que habría salido triunfante el segundo.
Pues bien, estos estudiosos sostienen que no fue el clima, o al menos que con bastante probabilidad no fue el clima el culpable último de la desaparición de la especie humana que se había desarrollado en Europa y Asia.
Esto nos deja el camino libre a la teoría alternativa (la que más me convenció siempre), la de que fuimos los humanos modernos los que provocamos su extinción, al ser más eficientes que ellos en la explotación del medio y, no me cabe la menor duda, al ser una especie muy bien dotada para la violencia.
Esto podría venir a apoyar, de forma indirecta, la teoría de que las grandes extinciones de mamíferos de finales de la glaciación tendrían que ver con los seres humanos más que con el propio clima, ya que se produjeron en épocas coincidentes con la llegada de los primeros sapiens a los distintos continentes.
Una teoría con mucha lógica, ¿acaso no seguimos haciendo lo mismo?
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