Redención tecnológica y energía
Me resulta chocante comprobar como muchas veces coinciden en una sola persona la más desbordante confianza en la capacidad de la tecnología para (como diría Francisco Cortés) redimirnos como sociedad económica y la más absoluta desconfianza en las fuentes de energía descarbonizadas y desnuclearizadas. Cierto que a lo mejor no es tan extraño, por cuanto también suelen coincidir en los mismos sujetos los dos planteamientos contrarios.
Lo realmente sorprendente es que muchos de esos seres incongruentes somos economistas. Y es extraño porque nosotros aprendemos en nuestro primer año de formación que la tecnología juega un papel enormemente relevante en la mejora de las condiciones de vida de los seres humanos y en la mejora de la eficiencia de nuestros procesos productivos de todo tipo.
De hecho, si uno lo ve con perspectiva, la historia de la economía "carbonizada" es también la historia de la descarbonización, empeñados siempre en mejorar nuestro rendimiento energético a largo plazo. Y, el elemento impulsor de ese proceso ha sido la tecnología. Por eso no debería resultarnos atitético que vuelva a ser el desarrollo tecnológico el que permita la mejora de las energías alternativas. Tampoco debería resultar un anatema la promoción pública de dichos sistemas, por lo que supone de incentivación de la innovación en dicho ámbito.
A este respecto os acerco una noticia interesante que plantea un nuevo material para placas solares que logra duplicar el rendimiento: misma superficie, doble producción.
Lo realmente sorprendente es que muchos de esos seres incongruentes somos economistas. Y es extraño porque nosotros aprendemos en nuestro primer año de formación que la tecnología juega un papel enormemente relevante en la mejora de las condiciones de vida de los seres humanos y en la mejora de la eficiencia de nuestros procesos productivos de todo tipo.
De hecho, si uno lo ve con perspectiva, la historia de la economía "carbonizada" es también la historia de la descarbonización, empeñados siempre en mejorar nuestro rendimiento energético a largo plazo. Y, el elemento impulsor de ese proceso ha sido la tecnología. Por eso no debería resultarnos atitético que vuelva a ser el desarrollo tecnológico el que permita la mejora de las energías alternativas. Tampoco debería resultar un anatema la promoción pública de dichos sistemas, por lo que supone de incentivación de la innovación en dicho ámbito.
A este respecto os acerco una noticia interesante que plantea un nuevo material para placas solares que logra duplicar el rendimiento: misma superficie, doble producción.
Más que si el hombre o las personas se interesan o no por nuevas tecnologías, como todos sabemos se trata más bien de una serie de intereses que benefician a unos cuantos miles y que desearían que todo se quedará para siempre tal y como está ahora.
ResponderEliminarTe linkeo el blog con tu permiso... Un saludo.
www.elsureste.blogspot.com
Suscribo la mayor: De la tecnología deberán de venir buena parte de las soluciones. Y te apuro el argumento: la energía nuclear ha mejorado ya la seguridad para que no sea tampoco anatema considerarla
ResponderEliminarMi pregunta es ¿tanto como para que los residuos no sean un problema por siglos?
ResponderEliminarNo puedo remediar el pensar en una fuga, o en la dificultad de eliminar los residuos.
Y mi respuesta es que sí. Que tanto como para que podamos ganar tiempo mientras solventamos el problema. Me explico, no tengo fe en que la gente reduzca sus consumos energéticos, al menos no lo suficiente. De manera que mientras hallamos una solución tecnológica adecuada habrá que reducir las emisiones, ya que no los consumos. Y en este punto la energía nuclear es la única posibilidad plausible hoy. A ninguna otra energía se le exigen tantos controles, y no es, ni de mucho, la energía que más víctimas haya causado...
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