Cortejo de sombras, de Julian Ríos
Título: Cortejo de sombras
Autor: Ríos, Julián
Editor: Ed. Galaxia Gutenberg
Lugar: Barcelona
País: España
Fecha: 2008
Grata sorpresa. Después del estrepitoso fracaso del Testamento Maya, me reencuentro con la buena literatura en esta novela que es a la vez un libro de cuentos. Una crónica en gris de Tamoga (Aoga si se lee el letrero de la estación de tren).
A través de las páginas de este relato de relatos nos asomamos a una Galicia atlántica y fronteriza, una Galicia en la que el paso del tiempo solo empeora las cosas y en el que las venganzas pierden sentido a fuerza de años.
En Tamoga entierran los secretos en cajas fuertes y el amor es siempre sinónimo de muerte. A través de la estupenda prosa de Ríos nos asomamos a las vidas de unos personajes decadentes, que viven en una ciudad que los observa, que los critica y que los empuja a actuar de manera inesperada, o demasiado esperada.
A diferencia de Macondo, no hay lugar para el color en esta ciudad de la que sólo se puede huir si uno no está enfermo. Y, si no estás dentro, te quedas atrapado por estos relatos, extrañamente bellos, entre la melancolía y la mala leche.
En cualquier caso es una lectura muy recomendable que se hace corta ya que el tamaño del libro es pequeño y la estructura en relatos cortos hace que el proceso de leer se haga ágil y sencillo.
Mi nota: 9,0 sobre 10.
Autor: Ríos, Julián
Editor: Ed. Galaxia Gutenberg
Lugar: Barcelona
País: España
Fecha: 2008
Grata sorpresa. Después del estrepitoso fracaso del Testamento Maya, me reencuentro con la buena literatura en esta novela que es a la vez un libro de cuentos. Una crónica en gris de Tamoga (Aoga si se lee el letrero de la estación de tren).
A través de las páginas de este relato de relatos nos asomamos a una Galicia atlántica y fronteriza, una Galicia en la que el paso del tiempo solo empeora las cosas y en el que las venganzas pierden sentido a fuerza de años.
En Tamoga entierran los secretos en cajas fuertes y el amor es siempre sinónimo de muerte. A través de la estupenda prosa de Ríos nos asomamos a las vidas de unos personajes decadentes, que viven en una ciudad que los observa, que los critica y que los empuja a actuar de manera inesperada, o demasiado esperada.
A diferencia de Macondo, no hay lugar para el color en esta ciudad de la que sólo se puede huir si uno no está enfermo. Y, si no estás dentro, te quedas atrapado por estos relatos, extrañamente bellos, entre la melancolía y la mala leche.
En cualquier caso es una lectura muy recomendable que se hace corta ya que el tamaño del libro es pequeño y la estructura en relatos cortos hace que el proceso de leer se haga ágil y sencillo.
Mi nota: 9,0 sobre 10.
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