La campaña de Almería 2010/2011

Pego directamente el texto de la presentación que acabamos de realizar del informe de la campaña hortofrutícola de Almería. Al final también aparecen las diapositivas. Ya saben que pueden usarlas sin problemas, tan sólo están obligados a citar la fuente que, en este caso, es Fundación Cajamar.

0. Pantalla de inicio

1.
Ante todo, quiero agradecerles su presencia con nosotros en ésta, nuestra nueva y centenaria sede. Quiero también agradecer públicamente la labor de todo el equipo del Área de Estudios Económicos de la Fundación, particularmente la de Ana Cabrera, auténtica detective de intrahistorias y comportamientos en los productos. Sin su ayuda, y sin el compromiso del resto de mis compañeros, así como del Área de Negocio Agroalimentario, esta publicación sería inasumible.
Fieles a nuestro compromiso, nos encontramos un año más presentando el Análisis de la Campaña, el décimoprimero. A lo largo de la pasada década hemos asistido a numerosos cambios en la estructura de los mercados y de las explotaciones agrarias, siendo nuestra intención continuar monitorizando los que están por llegar, mientras que el campo y sus protagonistas lo consideren útil y relevante.

2.
Este año, la presentación va a estar dividida en tres partes. Una primera dedicada a los hechos más destacados de la campaña, aunque posiblemente tendríamos que decir el “hecho”. La segunda encarará el repaso de las principales variables y resultados y, finalmente, la tercera será una reflexión en torno al futuro.

3.
Como les acabo de señalar, este ha sido el año de la escherichia coli. La alarma disparada por las autoridades alemanas significó el cierre abrupto de la exportación almeriense en el mes de junio, pero también puso de manifiesto dos cuestiones primordiales. La primera es que algo hemos hecho mal en el pasado para resultar tan rápidamente presuntos culpables. Las hortalizas españolas (concretamente las almerienses) fueron los primeros sospechosos, y el mercado y los consumidores lo asumieron sin más. Es cierto que había muertes de por medio y que el miedo es libre, pero también lo es que con demasiada frecuencia nuestro nombre aparece en casos relacionados con la seguridad alimentaria: somos, asumámoslo, SOSPECHOSOS HABITUALES. Y, como tales, debemos esforzarnos más que nadie en demostrar nuestra inocencia, no sólo a posteriori, sino con medidas activas desde el origen y hasta el consumidor final.
La segunda cuestión que nos volvió a recordar el suceso, es la fragilidad de la confianza de los consumidores europeos en lo que ha alimentos se refiere. El primer impacto lo sufrieron los productos de Almería, pero no se quedó ahí. Toda la agricultura europea se terminó viendo afectada, ya que terceros países, como Rusia, cerraron sus fronteras a todas las producciones de la UE.
La conclusión es, sin embargo, única, debemos mantener una vigilancia continua sobre nuestras cadenas alimentarias; los principales interesados no son solamente los consumidores, sino también los propios agricultores y comercializadores.
Un segundo tema, que ha venido a animar el final de esta campaña, que se comenta actualmente y que aún seguirá con nosotros unos meses es la reforma de la PAC. Con un 3% de nuestra renta agraria dependiente de subvenciones, se imaginarán ustedes que los repartos dinerarios no son nuestra principal preocupación. Sí que lo son, sin embargo, los principios y filosofías que subyacen y que marcarán cuestiones más relevantes para la producción hortícola almeriense, como son los niveles generales de protección y los acuerdos con terceros países. En este terreno no les descubro nada (ya llevamos años comentándolo): la tendencia es a la creciente liberalización de los intercambios agrarios, lo que implicará una competencia creciente desde la orilla sur del Mediterráneo y Latinoamérica. Por tanto, las situaciones de acumulación de producciones en los mercados de consumo van a a ser cada vez más usuales y debemos prepararnos para competir en unos términos que no sólo contemplen el precio.

4.
En el ámbito internacional, la coyuntura económica ha venido marcada por una situación dual. Si el principio de la misma estaba apoyado por un clima de relativo optimismo; el final de la misma coincidió con el estallido de la crisis de la deuda soberana, que aún hoy nos tiene atenazados y con el euro en la UVI. La traslación de esta realidad a los consumidores supuso un rápido descenso en los niveles de consumo generales...

5.
Que sólo ahora están comenzando a repuntar ligeramente, aunque en medio de una coyuntura de precios especialmente bajos como ustedes, por desgracia, bien conocen.

6.
Toca el turno ahora de reflejar las principales variables de la campaña pasada. Lo más llamativo ha sido el cierre precipitado de la exportación, habiendo dejado fuera de juego algunas producciones de calidad que aún hubieran podido apurar el mes de junio para su venta. Afortunadamente, la alarma se declaró en un momento en el que las ventas almerienses ya estaban declinando, por lo que el efecto no ha sido lo devastador que hubiera resultado apenas un par de meses antes.

7.
La presencia de plagas ha sido poco relevante en esta campaña, habiéndose logrado controlar en gran medida la incidencia de la tuta absoluta. Eso, y las mejores condiciones, climáticas impulsaron ligeramente la producción de frutas y hortalizas en la provincia, hasta alcanzar los 2,8 millones de toneladas, un 1% más que en el ejercicio anterior.

8.
Sin embargo, el valor de esa producción sufrió un recorte del 6,8% en términos globales, lo que implica que el precio medio de las producciones almerienses se redujo de media un 7,7%. La explicación teórica es sencilla. Una demanda débil, causada por la crisis, y un aumento de la oferta implicarían una reducción de los precios. Pero permítanme que postergue un comentario al respecto para la última parte de la presentación.

9.
De entre los productos más importantes en los cultivos almerienses, vieron aumentar sus precios en la campaña, por este orden, la sandía, judía verde, pimiento y lechuga. El resto cayeron, siendo los casos más preocupantes y llamativos lo sucedido con el calabacín (-42,4%) y el tomate (-24,2%).

10.
Si hacemos ahora nuestra tradicional comparativa con respecto a la media de las 10 campañas anteriores, creo que podremos estar de acuerdo al considerar que ésta ha sido claramente una mala campaña, si bien ha habido productos que han logrado mejoras de ingresos y beneficios. Pero, como ustedes pueden ver en la diapositiva, el precio y el valor de los productos fueron un 7,5% y un 4,9%, respectivamente, menores que el promedio.

11.
En el lado positivo de la balanza hay que consignar un nuevo récord en las exportaciones, a pesar de la tristemente famosa bacteria. El 63,2% de nuestra producción se destinó a los mercados exteriores, más de 1,7 millones de toneladas (+8,4%) y 1,6 millones de euros (+4,4%), aumentando ambas magnitudes con respecto al ejercicio precedente. Es decir, en conjunto, la demanda externa ha servido en esta campaña para compensar el fuerte retroceso sufrido en el mercado interior.
Nuestros mercados extranjeros tradicionales han sido protagonistas de este crecimiento, ya que en todos ellos se han ganado posiciones, aunque las exportaciones a los países de la Europa ampliada vieron incrementarse el valor de los envíos en un 10,2%, lo que es una señal muy positiva de cara al futuro.

12.
A pesar de lo sucedido con la e. coli y de nuestra mala imagen congénita, la posición de las producciones españolas en los mercados de la UE no es mala. En la pasada campaña reforzamos nuestra posición competitiva en pimiento, berenjena, pepino, lechuga y sandía. En calabacín aún somos líderes destacados, aunque crecen rápido Holanda y Marruecos. Algo similar sucede con el melón, en el que hemos vuelto a recuperar el liderato en pugna con Brasil y dónde los países de Centro América ganan posiciones muy deprisa. La judía verde es un producto en el que se siguen perdiendo posiciones a favor de países con menores costes de mano de obra.
Finalmente, en Tomate, España y Holanda vamos a la par, aunque Francia y Marruecos siguen avanzando cada año, en este último, además, el reino Alauita ha logrado mejorar sus cotizaciones medias de forma importante ya que el valor de sus ventas creció un 15,1% por sólo un 5,8% de las toneladas.

13.
El presente, como ven ha sido y podemos añadir que, a falta de frío, sigue siendo complicado, por lo que la mirada hacia delante exige mucha más precaución y atención que en otras ocasiones.

14.
La visión a largo plazo con nuestra ya tradicional serie histórica desde 1975, nos muestra que la producción en toneladas parece encontrarse con un nuevo techo. La estabilidad de la superficie y el lento avance de los rendimientos podrían ser la causa.

15.
Aunque eso no sería un problema si los ingresos de los agricultores aumentaran o, al menos, se mantuvieran a medio plazo. Sin embargo, lo que sucede es que el progresivo deterioro de las cotizaciones en términos reales (esto es, eliminado el efecto de la inflación) está ya siendo más importante que el aumento de los rendimientos, haciendo que los ingresos medios por hectárea (también medidos sin inflación) comiencen a declinar.
Las soluciones matemáticas a este problema por el lado de la oferta sólo contemplan el aumento de la dimensión de las explotaciones, para mantener el ingreso total, o aumentar rendimientos, para reducir el coste unitario. O las dos.
El estrechamiento de márgenes en las empresas de comercialización es difícil de superar sólo con mejoras de la productividad, aunque éstas son obtenibles en la parte de selección y empaquetado de los productos. Pero, una vez se tiene la mejor maquinaria o el personal más eficiente, sólo un salto tecnológico puede romper el seguro estancamiento de los rendimientos. Se hace necesario encontrar la vía para aumentar el precio obtenido por los productos.
Cuando nos movemos en un mercado que no discrimina más que por el precio (una vez cumplidas las condiciones mínimas de entrada al mismo: calidad y salubridad), una de las pocas opciones es generar valor añadido percibido por el cliente. La Gran Distribución goza de las ventajas que aporta el tamaño a la hora de negociar precios y la Comisión Nacional de la Competencia ha dejado constancia de ello. Pero esa fortaleza es también un problema, ya que las labores de aprovisionamiento y logística se complican. La opción de ganar dimensión para poder gestionar pedidos más grandes, más variados y durante más tiempo, posiblemente ofrezca a estos clientes una reducción de sus costes de transacción y se sientan algo más proclives a seguir aprovisionándose aquí.
El reto más amplio tal vez sea lograr el desacoplamiento entre los precios y las cantidades producidas, la huida de esa trampa que convierte a nuestras producciones en meras commodities. La innovación a todos los niveles y la imaginación a la hora de vender nuestros productos son, por tanto, alguno de los componentes necesarios para edificar el futuro. Invirtamos en ellos, creamos en ellos y enfrentemos cada año como un reto a superar, poniendo en duda todo lo que pensamos que es fijo y rompiendo las barreras mentales de todos los agentes, a veces las mayores barreras.

Muchas gracias...




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