Bizancio, de Judith Herrin
Hace unos días un amigo me preguntó qué ganaba yo leyéndome un libraco de historia sobre Bizancio como éste. La verdad es que me quedé un poco parado. Mi amigo es un pragmático y debía saber sobre este imperio lo mismo que sabía yo: que duró 1.000 años y que, tras la caída de Constantinopla, la emigración de muchos de sus artistas y sabios hacia Occidente contribuyó al surgimiento del Renacimiento. La respuesta que le di a mi amigo fue que tenía curiosidad. Me parecía increíble que en mis libros de historia sólo hubiera un par de pequeñas referencias a este imperio que, aunque sólo fuera por eso, era la continuación de la propia Roma y había perdurado ¡1.000 años! Un milenio de historia de una gran parte del mundo, una parte del mundo que hasta ese momento de la historia había sido cuna de algunas de las civilizaciones más interesantes. De ahí, los libros de texto pasaban a los bárbaros y luego al Islam. ¿Sirve este libro para satisfacer esa curiosidad? La respuesta corta es sí, p...