Oligopolios, precios y competencia


Artículo pedido por El Economista para la tribuna quincenal. Aquí tenéis el arranque. Si os engancha, podéis seguir leyendo en la web del diario (al final hay un enlace).
Como casi todos los años, a estas alturas de ejercicio vivimos un tradicional deja vù en el que los productores se quejan de las cotizaciones de sus productos, ya sean hortalizas, aceite o porcino ante la general indiferencia de todos. Lo cierto es que, tras cuatro años de crisis, con los alimentos como elementos de atracción de los consumidores a los centros de la gran distribución, y con los costes de producción manteniendo su tendencia ascendente, el problema deja de ser coyuntural y se plantea ya como un desafío estructural, que está poniendo en cuestión la rentabilidad de los productores y de las empresas de comercialización.
La evolución de los negocios en la cadena agroalimentaria en las últimas décadas ha devenido en el momento actual, en el que es el último eslabón de la misma, el agente que concentra un mayor poder. Dicho poder se refleja en la imposición cuasi unilateral de las condiciones de venta del producto, incluyendo presentación, calidad y plazos de pago. La estrategia ante esta distribución minorista, muy concentrada y adaptada a las necesidades del consumidor final, no puede pasar por el enfrentamiento directo, cuya consecuencia seguramente sería dolorosa para ambas partes. Pero tampoco es sostenible la actual situación, en la que las rentabilidades de la oferta se acercan a la zona de pérdidas o están ya directamente en ella. Es obvio que hay que buscar un reequilibrio de esta cadena, para repartir de forma más homogénea tanto los ingresos como los costes de la misma.

Si quieres seguir leyendo, tendrá que ser en la web de El Economista.

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