La boca del Nilo, de León Arsenal
A partir de una no muy documentada expedición romana en busca de las fuentes del Nilo, el autor teje una historia épica de aventuras y descubrimientos. Aunque es una novela coral, el principal protagonista resulta ser un comerciante llamado agrícola, que se une a la expedición en nombre de algunos comerciantes de Alejandría, para estudiar las posibilidades de la ruta.
Agrícola rememora el terrible viaje años después, en medio de un banquete. A su recuerdo acuden los dos jefes de la expedición, su enfrentamiento personal y el extraño triángulo que forman con una sacerdotisa enviada por los reyes de Meroé (Nubia). Durante la travesía se tienen que enfrentar a un grupo que intenta sabotearles, a indígenas que les atacan, animales desconocidos y a las penosas condiciones de un largo, muy largo viaje.
Se nota que el narrador es un conocedor de la estructura del ejército romano en los tiempos de Nerón y que se ha documentado de forma excepcional para hablar del trayecto y de los pueblos que se debieron cruzar los expedicionarios en su camino. La narración es ligera, se deja leer muy fácil y no decae en todo el libro. Uno puede imaginarse a los protagonistas, perdidos en los enormes pantanos más allá de Meroé, sudando por la fiebre y luchando contra las hordas de mosquitos.
Sin embargo, algo hay que impide que sea una obra redonda. Es entretenida, enseña al mismo tiempo, pero no llena completamente. Tal vez sea que en ocasiones el narrador olvida que es agrícola quién se supone que está contando la historia, tal vez sea que hay estructuras de palabras que se repiten demasiado. O tal vez sea que yo no soy el lector adecuado para este libro. Estoy leyendo ahora otra novela sobre el emperador Dominicano y, además de fidelidad, erudición y entretenimiento está mejor terminada (y eso que es mucho más larga).
En fin, como novela histórica tiene el valor de la fidelidad y la ocasión (el viaje de una vexillatio hacia el Sur, adentrándose en las tinieblas de África, buscando el origen del Nilo es una auténtica perita en dulce), como novela logra uno de sus objetivos que es entretener, pero desde el punto de vista literario no logrará pasar a la historia.
Agrícola rememora el terrible viaje años después, en medio de un banquete. A su recuerdo acuden los dos jefes de la expedición, su enfrentamiento personal y el extraño triángulo que forman con una sacerdotisa enviada por los reyes de Meroé (Nubia). Durante la travesía se tienen que enfrentar a un grupo que intenta sabotearles, a indígenas que les atacan, animales desconocidos y a las penosas condiciones de un largo, muy largo viaje.
Se nota que el narrador es un conocedor de la estructura del ejército romano en los tiempos de Nerón y que se ha documentado de forma excepcional para hablar del trayecto y de los pueblos que se debieron cruzar los expedicionarios en su camino. La narración es ligera, se deja leer muy fácil y no decae en todo el libro. Uno puede imaginarse a los protagonistas, perdidos en los enormes pantanos más allá de Meroé, sudando por la fiebre y luchando contra las hordas de mosquitos.
Sin embargo, algo hay que impide que sea una obra redonda. Es entretenida, enseña al mismo tiempo, pero no llena completamente. Tal vez sea que en ocasiones el narrador olvida que es agrícola quién se supone que está contando la historia, tal vez sea que hay estructuras de palabras que se repiten demasiado. O tal vez sea que yo no soy el lector adecuado para este libro. Estoy leyendo ahora otra novela sobre el emperador Dominicano y, además de fidelidad, erudición y entretenimiento está mejor terminada (y eso que es mucho más larga).
En fin, como novela histórica tiene el valor de la fidelidad y la ocasión (el viaje de una vexillatio hacia el Sur, adentrándose en las tinieblas de África, buscando el origen del Nilo es una auténtica perita en dulce), como novela logra uno de sus objetivos que es entretener, pero desde el punto de vista literario no logrará pasar a la historia.
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