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Mostrando entradas de septiembre, 2012

La milonga de la competencia entre cadenas de suministro

Suelen decir que mal de muchos, consuelo de tontos. La situación de desequilibrio en la cadena de valor agroalimentaria no es cosa sólo de España, ni siquiera de Europa: es global, porque las cadenas de suministro son globales. El mismo problema que tienen los tomateros de Almería (muy atomizados) es el que presentan sus homólogos mexicanos (con explotaciones medias de varias decenas de hectáreas). Cada vez obtienen menos dinero por sus productos. La globalización ha permitido que las cadenas de suministro se internacionalicen , y que accedan a los mercados de mayor poder adquisitivo productos de casi cualquier procedencia u origen. Los analistas económicos de este fenómeno han acuñado nuevos conceptos, en los que las relaciones de competencia ya no se establecerían entre empresas de un mismo sector, si no entre distintas cadenas de suministro. Esto, que sobre el papel es una idea sugerente, en la realidad de la cadena agroalimentaria se convierte en la mayor parte de las ocasiones en

Cambio de modelo en el empleo almeriense

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Una de las cosas que más me ha llamado la atención en esta ya larga crisis ha sido el sustancial cambio de ritmo del mercado de trabajo en la provincia de Almería durante estos años. Tal y como muestra el gráfico que acompaña a este comentario, hemos pasado de una tasa de paro que se comportaba en torno a la media nacional a otra que lo hace en torno a la media regional, e incluso a estar ligeramente por encima de la misma. Entre una y otra hay un escalón de unos 10 puntos porcentuales, lo que es mucho, muchísimo. Fuente: INE, EPA Hasta el año 2006, el comportamiento de la tasa almeriense aún podía ser considerada como dentro de la “normalidad” nacional. Sin embargo, la construcción comenzaba a enfriarse, generando una mayor frecuencia de desempleo. De forma paralela, durante los primeros años de la década del 2000, la tasa de desempleo andaluza comenzó a converger con la nacional y, por lo tanto, también con la provincial. Cuando se produce el pinchazo de la burbuja, en 2008,

Una hoja de ruta en blanco para la economía andaluza

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Hace unas semanas me pidieron una opinión sobre el futuro de la economía andaluza para el periódico La opinión de Málaga . Como es lógico, en una charla de teléfono transcrita luego a una página sometida a restricciones de espacio, las ideas pueden no quedar del todo claras. Cuando leí mis supuestas declaraciones, ciertamente me pude identificar en ellas, pero me vi entrecortado y hasta torpe. Intentaré explicarme, sino mejor, al menos en mayor profundidad. La idea de partida es doble: 1. El modelo productivo ya ha cambiado; 2. Debemos partir de aquello en lo que somos competitivos. Lo primero es más que evidente. Durante la primera década del siglo XXI, la estructura productiva andaluza ahondó su especialización en servicios e incluyó una nueva centrada en la construcción que pasó del tradicional 6-8% de aportación al PIB hasta el 14,4% en 2008. La crisis desatada justo ese año, y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria desinfló rápidamente el sector, que fue el primero en comenz