Bancos malos y buenos
Tercera intervención radiofónica. En esta ocasión se trataba de hablar del Banco Malo y de la posibilidad de que la provincia de Almería sea de las que más tarden en absorber el stock de viviendas. Y todo ello en un minuto.
El Banco Malo en realidad no es un banco como lo solemos entender. Es una institución a la que los bancos venderán sus activos conflictivos. De esta forma limpiarán sus balances, harán borrón y cuenta nueva. Supuestamente, el Banco Malo venderá luego esos activos en el mercado, con un margen de tiempo que rondaría los 15 años y con la posibilidad (hoy lejana) de obtener un beneficio.
Lógicamente, allí donde se ha construido más es también más probable que existan pisos incorporados a los balances bancarios. Almería, como parte de la costa Mediterránea ha sido una de las provincias en la que más se construyó. En términos medios pasamos de unas 4.000 viviendas iniciadas al año, hasta casi alcanzar las 29.000 en 2005. Evidentemente la absorción del stock de viviendas será más complicada en las zonas en las que más se ha edificado.
Por tanto, no es extraño que las previsiones del Banco Malo señalen a nuestra provincia como una de las que más tardará en culminar todo el proceso. Nuestra base demográfica tampoco ayuda. La previsión a corto plazo es la de una disminución de la población a causa de las pobres perspectivas laborales y una tasa de paro muy elevada.
No obstante, no hay que minusvalorar el poder de atracción que tiene nuestro litoral, lo que suponemos provocará una mayor atención hacia nuestras viviendas ociosas por parte de extranjeros, tanto comunitarios como de países terceros (téngase en cuenta que el descenso de precios registrado hace cada vez más atractivo nuestro destino).
El Banco Malo en realidad no es un banco como lo solemos entender. Es una institución a la que los bancos venderán sus activos conflictivos. De esta forma limpiarán sus balances, harán borrón y cuenta nueva. Supuestamente, el Banco Malo venderá luego esos activos en el mercado, con un margen de tiempo que rondaría los 15 años y con la posibilidad (hoy lejana) de obtener un beneficio.
Lógicamente, allí donde se ha construido más es también más probable que existan pisos incorporados a los balances bancarios. Almería, como parte de la costa Mediterránea ha sido una de las provincias en la que más se construyó. En términos medios pasamos de unas 4.000 viviendas iniciadas al año, hasta casi alcanzar las 29.000 en 2005. Evidentemente la absorción del stock de viviendas será más complicada en las zonas en las que más se ha edificado.
Por tanto, no es extraño que las previsiones del Banco Malo señalen a nuestra provincia como una de las que más tardará en culminar todo el proceso. Nuestra base demográfica tampoco ayuda. La previsión a corto plazo es la de una disminución de la población a causa de las pobres perspectivas laborales y una tasa de paro muy elevada.
No obstante, no hay que minusvalorar el poder de atracción que tiene nuestro litoral, lo que suponemos provocará una mayor atención hacia nuestras viviendas ociosas por parte de extranjeros, tanto comunitarios como de países terceros (téngase en cuenta que el descenso de precios registrado hace cada vez más atractivo nuestro destino).
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