El principio del fin de la globalización
Nada está escrito. Aunque algunos renglones son como esos versos de rima sencilla cuya última palabra se adivina de manera casi natural. Hablamos de la globalización como de un fenómeno sin vuelta atrás, con una inercia tan poderosa que es prácticamente imposible detener. Pero, en realidad, no deja de ser un fenómeno básicamente social y económico. Tiene inercia, claro que sí, pero no es como la del calentamiento global, sobre el que apenas podemos ya nada más que protegernos de sus consecuencias y mitigarlas. La globalización es una elección consciente de los agentes económicos, impulsada por círculos políticos y académicos que creen en la superioridad de las economías conectadas y abiertas al comercio y a los capitales internacionales. El problema es que, aunque es cierto que se producen mejoras de eficiencia, y grandes beneficios para las sociedades inmersas en el proceso, también lo es que dicho proceso nunca es neutral para las economías, y mucho menos para las personas. Se produ