¿El plagio del rector de la URJC es solo bajeza moral o es consecuencia del sistema?

A Fernando Suárez, a la sazón rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, le han pillado plagiando varios trabajos (al menos 4). Mi primera reacción al leer la noticia fue doble: primero, sorpresa por el escaso respeto que un académico demuestra por el trabajo intelectual de los demás, y segundo, extrañeza por su NO DIMISIÓN –en Alemania dimitieron una ministra de educación y un ministro de defensa por plagiar sus tesis doctorales–.
Una ulterior reflexión me ha llevado a plantearme si no será este rector un fruto (algo podrido, eso sí) de nuestro modelo de incentivos universitario. Actualmente, un profesor que quiera hacer carrera académica sabe que su futuro depende directamente del número de publicaciones y del impacto de las mismas, al menos hasta que logre la plaza de titular, momento a partir del cual puede relajarse (y olvidarse de llegar a catedrático y a rector). En España no merece la pena gastar tiempo en mejorar la docencia, puesto que lo único que se logrará por ello será (y no siempre) una mención honorífica o un bonito diploma que colgar en el despacho. Afortunadamente, hoy ya no vale cualquier publicación, ya que estas tienen que estar contenidas en revistas de impacto; pero hace unos años el volumen de las publicaciones podía compensar la escasez de "calidad" de las mismas (1). En cualquier caso el incentivo está diseñado para promover la investigación, y hay que reconocer que funciona. El número de publicaciones de profesores españoles en las revistas de referencia internacionales no han dejado de crecer desde que se adoptó esta estrategia.
Las contrapartidas de este sistema son dos (al menos): los alumnos pueden quedar en un segundo plano dentro de los intereses profesionales del profesos (cuando la principal misión que le encomienda la sociedad a esta institución es la formación superior), y que el publicar se convierta en una necesidad imperiosa para quien quiera hacer carrera universitaria, lo que puede llevar a algunos a "olvidar" los límites entre la cita literal y el plagio...
Por tanto, a lo mejor, Fernando Suárez es una pobre víctima del sistema... Y por eso no dimite (esto último, léase en modo irónico).

(1) En realidad la calidad no tiene que ver con el lugar dónde se publica, a priori. Pero el método científico precisa de la contrastación de las ideas, por lo que se supone que aquello que se publica en revistas que están sometidas a revisión de pares ha pasado unos filtros que garantizan un mínimo de calidad.

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