El mapa de la preocupación por la Xylella fastidiosa
Hace un par de días supimos de un nuevo caso (de momento, aislado) en la provincia de Madrid de un olivo infectado con la bacteria Xylella fastidiosa. Para quién no tenga mucha idea de quién es esta pequeña gran amenaza de la arboricultura española, puede consultar este libro de Cajamar sobre ella. Para quien no tenga ni paciencia ni ganas, baste decirle que es una bacteria que ataca a algunos de los principales cultivos leñosos españoles: la vid, el olivo y el almendro.
De momento, no hay cura conocida para esta infección. Tan solo sabemos que algunas de sus cepas aguantan mal el frío, por lo es posible que la latitud y las temperaturas le impongan un límite a su expansión (aunque ya hay casos detectados en el norte de Estados Unidos). La primera vez que se definió una enfermedad derivada de Xylella fue en las vides de California, se le llamó la enfermedad de Pierce.
Desde entonces, se ha avanzado mucho en su conocimiento, en el estudio de los insectos vectores y de las plantas refugio, muchas de ellas usadas de manera profusa en la jardinería y el adorno de carreteras. De hecho, algunas de las primeras alertas en Europa se produjeron en viveros y en plantas ornamentales como el cafeto. Es muy complicado hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad, puesto que los síntomas no son claros y pueden confundirse con los de otras enfermedades o estados vegetativos.
Su particular conquista de España la comenzó Xylella por Baleares. Al poco saltó a la península, a la provincia de Alicante, donde poco a poco han ido encontrándose más focos y, ahora, de pronto, aparece un olivo infectado en Madrid, coincidiendo en el tiempo con el descubrimiento en Alicante de insectos vectores de la bacteria. Aunque es posible que haya sido un caso aislado, es muy extraño que Xylella haya llegado al centro de la Meseta sin pasar previamente por los territorios intermedios. Económicamente, su potencial destructivo es enorme, solo hay que recordar la superficie ocupada por estos tres cultivos: 660 mil hectáreas el almendro, 967 mil la vid y 2,65 millones el olivo. El 84 % de los cultivos leñosos de España...
Curioseando con Google Trends, se puede seguir la pista a la bacteria. En función de las consultas realizadas en los últimos años (desde 2015), el mapa de presencia o más bien de preocupación es muy extenso. Cubre toda América del Norte y la parte septentrional de la del Sur, llega hasta Australia y, por supuesto, ha alcanzado Europa, con Italia y España en el primer plano de la preocupación mundial. Y si quieres tener un poco más de información sobre cómo ha evolucionado el interés sobre la bacteria en el mundo, puedes hacerlo en este enlace.
Foto: Wikimedia, OgreBot |
Desde entonces, se ha avanzado mucho en su conocimiento, en el estudio de los insectos vectores y de las plantas refugio, muchas de ellas usadas de manera profusa en la jardinería y el adorno de carreteras. De hecho, algunas de las primeras alertas en Europa se produjeron en viveros y en plantas ornamentales como el cafeto. Es muy complicado hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad, puesto que los síntomas no son claros y pueden confundirse con los de otras enfermedades o estados vegetativos.
Su particular conquista de España la comenzó Xylella por Baleares. Al poco saltó a la península, a la provincia de Alicante, donde poco a poco han ido encontrándose más focos y, ahora, de pronto, aparece un olivo infectado en Madrid, coincidiendo en el tiempo con el descubrimiento en Alicante de insectos vectores de la bacteria. Aunque es posible que haya sido un caso aislado, es muy extraño que Xylella haya llegado al centro de la Meseta sin pasar previamente por los territorios intermedios. Económicamente, su potencial destructivo es enorme, solo hay que recordar la superficie ocupada por estos tres cultivos: 660 mil hectáreas el almendro, 967 mil la vid y 2,65 millones el olivo. El 84 % de los cultivos leñosos de España...
Curioseando con Google Trends, se puede seguir la pista a la bacteria. En función de las consultas realizadas en los últimos años (desde 2015), el mapa de presencia o más bien de preocupación es muy extenso. Cubre toda América del Norte y la parte septentrional de la del Sur, llega hasta Australia y, por supuesto, ha alcanzado Europa, con Italia y España en el primer plano de la preocupación mundial. Y si quieres tener un poco más de información sobre cómo ha evolucionado el interés sobre la bacteria en el mundo, puedes hacerlo en este enlace.
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