Una agricultura entre Heidi y Cruella de Vil
Vivimos ensimismados. La sociedad que hemos alumbrado no para de mirarse el ombligo, aunque lo hace de forma superficial y recurrente. Lo principal es la brillantez en el regate corto argumental: hemos trasladado twitter al Parlamento. El «zasca» ha sustituido al argumento. En parte por eso somos incapaces de profundizar en las consecuencias últimas de nuestras decisiones y las percibimos no como lo que son, resultados, sino como variables exógenas o como la consecuencia de las decisiones de terceros. El «zasca» ha sustituido al argumento Esta circunstancia se puede observar claramente en los debates en torno al futuro del sector agroalimentario. La distancia que existe (ya no kilométrica, sino de pensamiento) entre la ciudadanía que induce las decisiones políticas y el sector que debe adaptase a dichas medidas es un buen ejemplo. Una escalada de costes y precios sin precedentes Comencemos por lo más sencillo y cercano. Desde el verano, el conjunto de la economía se está viendo afectad...