Los datos de crédito vivo ofrecidos por el Banco de España manifiestan la
complejidad de la situación vivida durante los dos últimos ejercicios por el sector agroalimentario. Si comparamos las cifras de deuda bancaria del conjunto de las actividades productivas y del sector agroalimentario de diciembre de 2019 con las de diciembre de 2021 comprobamos que, aunque las tendencias han ido en la misma dirección, las intensidades han sido muy diferentes.
El endeudamiento del conjunto de las ramas de actividad de la economía española creció en los dos últimos años un 6,8 %. Mientras, el del agroalimentario lo hacía un 4,9 %, aunque con diferencias sustanciales entre el primario y la industria de los alimentos con tasas respectivas del 7,1 % y 3 %.
A final de 2021, el conjunto del sector debía a los bancos un total de 46.895,9 millones de euros, de los que 22.945,8 millones correspondían a la agricultura, ganadería, pesca y silvicultura y 23.950,1 millones a la industria de los alimentos, bebidas y tabaco.
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Fuente: Banco de España |
Con relación a la participación del sector en el conjunto de la deuda de las empresas españolas, esta era del 8,2 % en diciembre de 2021, algo menos que dos años antes (8,4 %), aunque el recorte se debió exclusivamente al subsector industrial, pues el primario ha mantenido su contribución estable en términos relativos (4 %).
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Fuente: Banco de España |
El fulgurante impacto de la pandemia
Con respecto al comportamiento a lo largo de los trimestres, vemos que el estallido de la pandemia disparó el endeudamiento en el conjunto de la economía productiva, que ya venía acelerándose, hasta ritmos de crecimiento interanuales del entorno del 7 % entre marzo y diciembre de 2020 para luego suavizarse rápidamente e, incluso, llegar a decrecer, e iniciar una nueva fase alcista en el cuarto trimestre de 2021. El conjunto del agroalimentario tuvo un comportamiento similar, aunque en este caso los ritmos de crecimiento de la deuda venían reduciéndose antes de la pandemia. En marzo de 2020 cambió de tendencia y se unió a la general, aunque apenas llegó a superar en el pico máximo el 5 % interanual y la fase de desendeudamiento fue muy suave. Por último, el aumento del último trimestre ha sido mucho más intenso en el sector agroalimentario que en el conjunto de la economía.
Por subsectores, en la industria de los alimentos, bebidas y tabaco la tasa de crecimiento de la deuda subió muy deprisa, alcanzando el máximo en el segundo trimestre de 2022. Desde ahí, el ritmo decreció también de manera veloz (más que en el conjunto de la economía) para acelerar de nuevo más que la media en el último trimestre de 2021. El primario es el que ha marcado una trayectoria más dispar. En su caso, la reducción inicial del ritmo de endeudamiento se prolongó hasta marzo de 2020, comenzando a acelerar a partir de junio. No se llegó a alcanzar el máximo del conjunto de la economía y este se retrasó hasta junio de 2021; tampoco se registraron tasas negativas en ningún momento y en diciembre el ritmo de aumento era superior al del resto de las magnitudes que estamos comparando. Repasando el hilo de los acontecimientos, parece claro que, aunque la actividad del subsector primario se vio afectada por la pandemia, lo hizo de forma menos intensa que en el resto de la economía, al menos al principio. Sin embargo, la posterior situación de crecimiento de los costes de las materias primas ha tenido una afectación mayor o más temprana en él, con un repunte del endeudamiento de unas explotaciones que se encuentran con muchas dificultades para trasladar sus aumentos de costes aguas debajo de la cadena de distribución.
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Fuente: Banco de España |
El crecimiento de los costes de las materias primas ha tenido una afectación mayor o más temprana en el sector agroalimentario, con un repunte del endeudamiento de unas explotaciones que se encuentran con muchas dificultades para trasladar sus aumentos de costes aguas debajo de la cadena de distribución
Pese a todo, el dudoso se mantiene a raya
El aumento del endeudamiento, apoyado con instrumentos como los créditos garantizados del ICO, de momento, no ha impactado en un aumento de la morosidad. Las prórrogas consecutivas que se han ido aprobando para esta figura han favorecido que las tasas de morosidad hayan seguido cayendo durante los dos años de referencia, si bien la del subsector de la agricultura, ganadería, pesca y silvicultura (5,2 %) es mayor al del conjunto de las actividades económicas (4,8 %) y al de la industria de los alimentos, bebidas y tabaco (3,8 %).
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Fuente: Banco de España |
Relación deuda PIB
Si ponemos en relación el nivel de deuda bancaria, aportado por el Banco de España, con el valor añadido, que nos ofrece la Contabilidad Trimestral del INE, podemos ahondar en el análisis, aunque para esta operación carecemos del desglose correspondiente a la industria de los alimentos y bebidas.
El endeudamiento relativo del subsector primario venía reduciéndose de manera considerable, llegando a situarse en el segundo trimestre de 2020 por debajo del ofrecido por el conjunto de las actividades productivas. Desde ese momento, sin embargo, la agricultura y resto de actividades primarias, comenzaron a ver aumentar su nivel de deuda por unidad de valor añadido producida, a la vez que en el conjunto de la economía este comenzaba a descender. Esta divergencia se mantuvo hasta junio de 2021, momento a partir del cual comenzó también a reducirse.
A cierre de 2021, no obstante, la ratio de endeudamiento sobre VAB del subsector primario era del 263 %, por el 194,7 % del conjunto de las actividades productivas.
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Fuente: elaboración propia con datos del Banco de España y Contabilidad Trimestral del INE |
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