El viaje de la humanidad, de Oded Galor

Esta ha sido, hasta el momento, la lectura más agradablemente sorprendente del verano. Aproveché una visita a una gran librería para “compensar” a mu hijo menor por arrastrarle con nosotros en vacaciones para ojear en la sección de ensayo, en la que estaban promocionando el libro. Si pasas a menudo por este blog ya sabrás que era imposible que no me llamara la atención el título. Y que, una vez revisado el índice, era seguro que lo tendría que comprar. Después de eso me lo estuve llevando a la playa a diario aprovechando otro descubrimiento de este verano que me ha permitido una lectura cómoda a pesar de la arena y el agua: la silla de playa (dicen mis amigos que es un síntoma evidente de envejecimiento; pude ser, pero ahora me pregunto por qué me he negado durante años a renunciar a la toalla sobre la arena).


La temática de este ensayo es recurrente entre mis lecturas y, por extensión, entre las entradas de esta bitácora: una mezcla entre historia, economía y geografía. Galor intenta armar una teoría del crecimiento económico capaz de explicar la aceleración del desarrollo durante la revolución industrial y el posterior surgimiento y ampliación de grandes diferencias en el nivel de vida de las sociedades. Este es un ejercicio que ya han intentado otros como Diamond (que pone el foco en la geografía), Landes (que lo hace en la cultura) o Acemoglú y Robinson (centrados en el papel de las instituciones). A diferencia de los anteriores, además, le han bastado poco más de 300 páginas, lo que se agradece enormemente.

 

Dejando a Malthus en el retrovisor

La primera parte del libro la dedica a indagar en las razones detrás de la transformación de las sociedades humanas desde un mundo dominado por la maldición de Malthus a otro en el que las ganancias de productividad desbordan finalmente el crecimiento de la población. Es, desde mi punto de vista, la parte más brillante de su tesis. Galor toma prestado de las ciencias naturales el concepto “umbral”, niveles que, tras ser alcanzados por una determinada variable, cambian radicalmente el funcionamiento de un determinado sistema. Determinadas sociedades alcanzaron poco a poco hasta alcanzar unos umbrales demográficos y de desarrollo tecnológico (a su vez derivado de las densidades poblacionales) que hicieron más rentable la inversión en mejora del capital humano que la inversión en capital físico alumbrando un cambio de fase. Ese umbral, así mismo, disparó la transición demográfica, que es el mecanismo que en esencia permite a las sociedades dejar atrás a Malthus.

 

El origen de las diferencias

La explicación de las diferencias en el nivel de vida es algo menos clara pero, tal vez por ello, la apoya en multitud de datos extraídos de la propia historia y de experimentos naturales que permiten dibujar una constelación de motivos que abarcan las motivaciones geográficas, culturales e institucionales. Es decir, construye una teoría ecléptica del aumento de las diferencias en los niveles de vida. Sin embargo, la impresión que me ha dejado la primera lectura es que, de todas ellas, las geográficas conforman el principal sustrato, ya que muchas diferencias en las instituciones o en la cultura encuentran su razón última en la geografía.

 

En resumen, una lectura entretenida y profunda la vez, que invita a buscar en la historia para encontrar la respuesta a una pregunta que lleva más de un siglo preocupando a los economistas: ¿qué es lo que hace que unos países crezcan y otros no lo hagan o vayan mucho más despacio? No sé si será la suya la respuesta definitiva, pero desde luego creo que va a quedarse como la más completa por muchos años y que su libro será lectura obligada en las mejores facultades de economía del mundo.


El viaje de la humanidad

Oled Galor

Ed. Destino


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cambio de modelo, sí o sí

¿RSS-lo-cualo?

Mi planta de naranja lima, de José Mauro de Vasconcelos