El papel de Europa en un mundo nuevo
Seis nuevos países se integran en el grupo de los BRICS: Argentina, Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía.
El mundo se reorganiza. El liderazgo unívoco de Estados Unidos se va desdibujando a medida que China ejerce más y más como potencia alternativa. Son muchos países que no se sienten cómodos con el orden mundial alumbrado tras el colapso de la Unión Soviética. Aparte del poder emergente de China, la India está comenzando a rebelarse como otra potencia de poder creciente, y no solo como país en el que relocalizar las fábricas de salarios bajos que se sacan de China (acabamos de verles alunizar en el polo sur de la Luna, el nuevo gran objetivo de las agencias espaciales mundiales).
En este mundo en proceso de cambio, las relaciones históricas se desmoronan de manera mucho más sencilla: el Sahel rompe sus lazos con Francia y Arabia Saudí ─aliado tradicional de EE. UU.─ se suma a los BRICS uno de cuyos objetivos fundamentales es reducir el peso del dólar como divisa de referencia mundial (ellos, que se han bañado en petrodólares).
En este contexto, Europa se encuentra con una amenaza bélica en sus fronteras, un socio (EE. UU.) que en cualquier momento puede volver a convertirse en un «autista», y una enorme lista de dependencias peligrosas (energética, tecnológica, industrial, alimentaria). Es decir, somos un estudiante que el día antes del examen se da cuenta de que solo se sabe bien uno de los temas que entran en el final.
Si la UE quiere dejar de ser solo el Pepito Grillo mundial, líder en legislaciones avanzadas que luego debe esforzarse por hacer cumplir a multinacionales de otros orígenes, tiene que comenzar a tomar decisiones estratégicas de manera conjunta (dentro de la UE) e independiente; comenzando con la energía, siguiendo con la defensa y la tecnología y terminando por la alimentación.
No se trata de convertirnos en una autarquía: sería un error absurdo. Se trata de comenzar a actuar como un bloque, con objetivos estratégicos claros y con la voluntad de jugar un papel protagonista en el futuro del planeta.
El centro del poder mundial durante los últimos siglos se organizó en torno al Mediterráneo y el Atlántico. Hoy son el Pacífico y el Índico los que cobran protagonismo y en relación a ellos nuestro continente solo es el Extremo Occidente...
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