Cereales, economías de escala y ¿rendimientos marginales decrecientes?

Tras un pequeño paréntesis, motivado por un par de proyectos que me han tenido enganchado más tiempo del previsto, retomo la serie sobre la existencia o no de economías de escala (enlace al primer capítulo) en los diferentes subsectores agrícolas. Por desgracia, la fuente no nos permite distinguir entre cereales, oleaginosas y proteaginosas. Ahora bien, teniendo en cuenta que en España, de los casi 8,7 millones de hectáreas de herbáceos, 5,8 se dedican a cereales (dos tercios), seguramente, las muestras de la RECAN estén sesgadas fuertemente hacia dicha tipología de cultivos.

La pandemia marca el cambio de era

Al observar la evolución del valor de la producción bruta, los costes totales y la renta neta de la explotación, queda bastante claro que hay un antes y un después de la pandemia de covid-19. Hasta 2019 la pendiente de la serie correspondiente a los ingresos brutos se mantenía bastante estable. Sin embargo, a partir de 2020 el valor de la producción aumentó aceleradamente, inicialmente mucho más que los costes, provocando un repunte también considerable de la renta. Sabemos que en 2023 la producción se vio afectada por la sequía y que esa tendencia tan favorable se truncó, empujada también por las importaciones de cereales, especialmente desde Ucrania, con un precio considerablemente inferior a los de España.

Evolución de las principales variables
Fuente: RECAN

Fuente: MAPA

Sí, pero con la excepción de las más grandes

El ya tradicional análisis desagregado por dimensión económica nos ofrece alguna sorpresa inesperada. Para comenzar, no hay muestra para las explotaciones de más de 500.000 euros de dimensión económica, por lo que los segmentos con información se reducen a 4. En los tres primeros da la impresión de que las economías de escala funcionan a la perfección. Sobre todo, en lo que a los costes se refiere, con incrementos inversamente proporcionales con el tamaño, lo que implica que la dimensión permite un uso más eficiente de los insumos y de la mano de obra, o ahorros importantes en la compra de los mismos. Y también vemos que los incrementos de renta entre 2009 y 2022 son mayores según vamos subiendo por los segmentos de dimensión económica.

Pero, y es un gran pero, resulta que el segmento último del que se dispone información, el de las explotaciones de entre 100 y 500 mil euros de dimensión económica, va a la contra. Sus ingresos brutos son los que menos crecen, mientras que sus costes son los que más lo hacen. El resultado, por supuesto, es que la renta neta crece menos en estas explotaciones que en el resto, incluso que en las más pequeñas.

Fuente: RECAN

Rápidamente se me viene a la cabeza uno de los sospechosos habituales de estos comportamientos extraños: los salarios. Mirando el gráfico de la evolución del peso de estos sobre el valor de la producción bruta, parece evidente que en este segmento (entre 100 y 500 mil euros) son bastante más importantes que en las de menor tamaño. Ahí tendríamos un potencial responsable. Los salarios en las explotaciones más grandes suponen al menos cuatro puntos porcentuales sobre el total de costes que en el resto.

Fuente: RECAN

¿Todos son precioaceptantes?

Pero eso ayudaría a explicar la marcha diferencial de los costes, no la de los ingresos. Aquí, sinceramente, me cuesta encontrar una razón que nos ayude a explicarlo. La cuestión es que, a lo largo de la serie, la mayoría de los años hay una diferencia entre los ingresos por hectárea a favor de las explotaciones más grandes. Pero ese diferencial prácticamente se difumina en los últimos tres años de datos disponibles. En el último, prácticamente convergen todos los ingresos medios por unidad de superficie. La explicación de esta convergencia podría estar en unos rendimientos muy uniformes entre los diferentes tamaños de explotación y en una incapacidad de presión creciente en la negociación de precios, de forma que ningún tamaño de explotación genera actualmente un poder de mercado diferencial, siendo especialmente evidente en los últimos ejercicios.

El diferencial de precios ligado a la dimensión prácticamente se difumina en los últimos tres años

Fuente: RECAN

Venga, David, mójate

Resulta contraintuitivo que las economías de escala no se produzcan a todos los niveles de escala. Pero es lo que parece desprenderse de los datos. La pérdida paulatina de poder de mercado de los productores y sistemas productivos muy similares provocarían que los ingresos por hectárea no varíen en función de la dimensión y que el funcionamiento de las economías de escala se limite al lado de los costes.

Pero, en este caso, ser de los más grandes no parece tampoco conllevar ventajas, sino todo lo contrario. ¿Podría ser que a partir de determinada dimensión se pierdan los ahorros de costes? Podría, porque lo mismo que existen las economías de escala, también existe la ley de los rendimientos marginales decrecientes, y es posible que, a partir de una determinada superficie de producción, haya que incorporar nuevas capacidades que queden infrautilizadas y que generan costes de inactividad.

Yo ya me he mojado, amigo lector. Ahora, dame tu opinión…

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